Con la ansiedad creciendo inversamente
proporcional a la talla del sujetador, un día descubres que no te queda
ni un átomo de diplomacia. Te debates entre atrincherarte en @elcafecomercial
para hidratarte una y otra vez o iniciar un monólogo sobre el
fascinante carácter bentónico que compartes desde hace unos años con el
cangrejo de mar. Y fantaseas con exterminar a los que dan su opinión de
mierda sin pedirla y con finalizar la reunión absurda a lo @fornite. Y de pronto, ya nada tiene sentido.
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Vestido de cangrejos y flores de @wearekling y botines blancos de @zara. Bolso kitsch de espumillón comprado en Dom Barcelona hace cuatro lustros.
¿Y si tu carácter bentónico es sólo una estrategia para darte impulso y subir a la superficie en el momento preciso, en el segundo oportuno, en ese instante propicio? .
Me gusta pensar que sólo cantan para mi