Supongo que habréis oído hablar de la trampa para cazar monos que se utiliza desde hace muchos años en distintos lugares del mundo. Es la típica historia que siempre se emplea como símil para diferentes explicaciones y quien la conozca ya sabrá por donde van los tiros pero me siento obligada a contarla aún a riesgo de que penséis que soy una trasnochada que va de lista. Odio los tópicos sobados y las historias manidas me producen urticaria pero vamos allá.
Resulta tremendamente difícil cazar a un mono por su rapidez y astucia y dicen que su carne es deliciosa. Por eso los cazadores nativos idearon una ingeniosa trampa para capturarlos: la estratagema consistía y consiste en introducir un alimento que le guste mucho al mono (un plátano, dulces, frutos secos…) en un recipiente fijado al árbol con un pequeño orificio por donde el mono pueda meter la manita. El recipiente, dependiendo de la zona, podía ser una cáscara de coco, una vasija de barro o incluso un termitero, de tal manera que el agujero cumpliese dos requisitos: que fuera lo suficientemente amplio para que el mono pudiera ver el alimento que se encuentra en su interior y meter la manita vacía pero también lo suficientemente estrecho para que no cupiese el puño cerrado del animal haciendo presa y agarrando el botín. Los monos picaban el anzuelo y no conseguían sacar su mano con el alimento así que tenían dos opciones: soltarlo y huir o quedarse atascados y que el cazador los apresase ¿Adivináis qué hacían? Exacto, los monos nunca soltaban el plátano y los cazadores podían apresarlos tranquilamente ya que no eran capaces de renunciar a su botín y liberarse
Atrévete a mezclar
Moraleja: suelta el plátano. Agarrarte a lo que es políticamente correcto te da seguridad, respalda tu elección, refuerza tu sensación de control y hace que te sientas aceptado por los demás pero ¿sabes una cosa? si quieres encontrar tu propio estilo debes soltarlo. Abre la mano y deja caer el plátano para liberarte. Abandona el miedo a romper las normas o te cazará la mediocridad. Termina con los prejuicios, desaprende, huye de lo establecido, combina, mezcla, duda, prueba, explora, yuxtapón,falla, atrévete, vuelve a equivocarte pero nunca te quedes con las ganas ni con las imposiciones que nos exigen las normas no escritas de lo que es correcto en moda y lo que no. Abandónate a la creatividad estilística, a mi hoy me han poseído las rayas y los cuadros Vichy. Me apetecía mucho mezclarlos y el resultado creo que es espectacular.
Eclecticismo: fusión de estilos
El eclecticismo en moda es el arte de fusionar estilos y conseguir uno diferente para crear tu propia marca personal. Ser ecléctico es ser muy emocional porque lo único que importa es el resultado final, el fruto de la mezcla debe transmitir un mensaje que transporte información de corazón a corazón. La libertad es su atractivo
Combina texturas, colores, tejidos, estampados, estilos. Confronta, marida opuestos para buscar el contraste: la lana con el tul, rojo con naranja, flores con animal print, vintage con moderno, brillo con mate, minimalista con barroco caro con ropa de saldo, sport con ropa de gala… y así hasta el infinito. ¿Una camiseta con mensaje y una falda de seda? ¡Qué maravilla! Piénsalo, las opciones son ilimitadas y muy tentadoras.
Y si todavía no te he convencido, escucha esto: ir a la moda está pasado de moda. Ahora más que nunca la moda tiene que ser arte y las corrientes artísticas reviven en nuestros outfits. Estoy hablando de surrealismo, de dadaismo, de modernismo, de renacimiento, de cubismo… de cada una en particular y de todas a la vez en el mismo estilismo. Porque no hay nada más cierto que esta afirmación: el arte no pasa de moda.
– Blazer cuadros Vichy de Zara (Temporada)
– Vaqueros (Levi’s de los 90)
– Botas Dr Martens (Clásicas)
– Abrigo Liberto
– Cartera Bimba y Lola