Hoy he tenido, como denominaban monjas y curas allá por los 80, una polución nocturna con Pancho, el moreno de Verano azul (porque yo era más de Pancho que de Javi, y más de Starsky que de Hutch y más de Chewbacca que de Luke Skywalker) y en mi sueño también aparecía, lógicamente, Sloth (de los Goonies) que, en modo voyeur, miraba divertido el asunto tras las gafas de Karl Lagerfeld mientras regurgitaba chocolate con leche Nestlé extrafino. Entonces he sentido la necesidad imperiosa de depilarme para después llegar a la conclusión de que creo en la magia de lo denigrado, lo sucio, lo prohibido… Y desconozco si esto se puede definir como justicia poética o todo lo contrario, sólo sé que hoy me gustaría elevarlo a algo más que a categoría estética y darle el protagonismo que se merece. Porque la vida es una concatenación de desastres grotescos, oscuros y absurdos. Y por eso es maravillosa. .
.
Vestido largo y sudadera de @zara. Zapatillas @converse color hueso