Hola. Voy a caeros mal a tod@s y para ello procedo ahora mismo a anotar perlitas en mi lista de cosas que me importan una mierda, no sea que se me olvide que no pienso en ellas ni un solo segundo. No leas este post si quieres creer que soy normal. Por el contrario, si también tienes rasgos sociópatas, te va a encantar:
Lista de cosas que me importan una mierda:
1- Crisis verborréica de conocidas con brote psicótico que antes ni te saludaban y ahora, en cautiverio, te atormentan desde el grupo de whatsApp para confesar que su pareja la tiene como el cuello de un cantaor. Si a ti también te acosan con detalles incómodos y te afecta pero te da cosica abandonar el grupo para no quedar mal con nadie porque todavía conservas un poco de vergüenza de la que a mi ya no me queda, aquí un secreto: tienes que bloquear las notificaciones del grupo pinchando en el botón «Info» y seleccionando «bloquear» las notificaciones. Otra alternativa es accediendo a «Información del grupo – Notificaciones personalizadas – desactiva notificaciones y avisos». Acto seguido hay que eliminar todos los archivos del grupo de la siguiente manera: Pinchar en el grupo y seleccionar «Imágenes y ficheros». Deshazte de todos los archivos. De nada. (Risa de loca)
2- Tus dones ocultos descubiertos en cuarentena. Que sí, que eres capaz de tejer 2,5 colchas de ganchillo por hora y que también bailas zumba y haces el Beto 7 con los ojos en blanco mientras tarareas la canción y pones caritas. Y pregonas en tu facebook que vas a eclipsar a Saramago con tu próxima novela distópica donde casualmente desenmascaras a una sociedad podrida y desencajada mientras un narrador omnisciente cuenta cómo el orden social se desintegra a medida que el gobierno intenta contener la pandemia.
3- Las teorías conspiranóicas preapocalípticas que acabarán con la raza humana. El 15 de marzo me apasionaban. Como hoy me aburre todo, elijo surrealizarme sola.
4- Tu positivismo de mierda. A ver, que a mi no me afecta pero puede crear falsas expectativas en cabezas no tan lúcidas y bien amuebladas. Déjame ser realista sin que me acuses de tremendismo. Solicito ergonomía mental para adaptarnos a lo mal que pinta nuestra vida lamentable y contemplar la posibilidad de que todo puede ser incluso peor de lo que queremos imaginar. Como si fuera un conato, sin dramas, sin lágrimas, sin tormentitos. Y cuando consigas controlar la ansiedad, pregúntate cuántas cosas has hecho ya por última vez, sin saberlo. Ahora llora.
5- Lo primero que vas a hacer cuando termine el confinamiento. Me sigo aburriendo. Como lo primero que vas a hacer no va a sorprenderme y mucho menos escandalizarme, no me lo cuentes por favor.
6- La receta de tu puto bizcocho de limón. Vale, te la pedí pero era solo por hacerme la empática.
7- tus consejos para soportar la cuarentena, ese master en la Juancar «Psicología de pandemias, confinamientos y conversaciones entre vecinas de patio interior». Todos somos psicólogos y recetamos nuestras terapias sin pudor alguno. No te voy a decir lo que pienso de tus tips para de mantener la calma y el control emocional durante el confinamiento. Tampoco transmitiré ningún tipo de opinión sobre hacer yoga, sentir el amor en la distancia, meditar, hacer videollamadas como si no hubiera un mañana, establecer rutinas insufribles, beber 120 litros agua al día, hacer pan compulsivamente, aprovechar para ser productiv@ ya que te has quedado en el puto paro, limpiar los 76.309.856 e mails sin leer de tu bandeja de spam, afeitarte las cejas, comer de forma saludable, el «si te aburres es porque quieres» y otras estupideces, maximizar el contacto con tu familia para perder el norte, convulsionar y aprender a conocerte a ti mism@, confiar en el futuro, sonreir sin parar cual psicópata, psicoanalizar tus sueños lúcidos y tararte, reventar el satisfyer… ¿te suena? Vale, ya paro.
8- Mis historias en instagram haciendo pesitas. La verdad es que he aprendido a obviarlas porque me parecen una gran mierda. Sé que a ti también y no me importa.
9-Tu canción favorita de la cuarentena. No me lo digas, por favor te lo pido. Aunque me estoy temiendo que es «Un mismo corazón» el nuevo «himno» que Marta Sánchez compuso con «inspiración divina». Normal. Desde el «Tú contestasteS que no» de Mecano, no me impactaba tanto la letra de una canción. De la música, mejor, tampoco hablamos. Un horror a la altura de mi angustia.
10- El vídeo de tu niño cantando el «Resistiré» versión cumbia. Creo que no eres capaz de entender que las gracias de tu hijo no le interesan a nadie. Si te soy sincera, a mi me afectan al sistema inmunológico y a la flora bacteriana aunque hago como que no.
11- Mis pensamientos recurrentes de cuarentena. Empezaron con el confinamiento y a medida que éste avanzaba eran cada vez más frecuentes, más confusos, más obsesivos, más sin sentido. Invadían mi mente una y otra vez, querían volverme loca y me hacían suplicar un exorcismo… hasta que también ellos consiguieron aburrirme.
12- Tus lamentables esfuerzos por creer que después de la cuarentena todos vamos a ser mejores personas. Tienes fe en la humanidad, en el confinamiento como catalizador de grandes cambios porque no hay luz sin oscuridad, aprenderemos de la soledad a conocernos mejor a nosotros mismos, a reinventarnos, a gestionar nuestras emociones, a valorar el calor, la amistad, la solidaridad, la ingenuidad de mier… perdona, me ha vuelto el tic palpitante de mi ojo derecho y tengo que meter las cervezas al frigo.
13- Tú, leyendo este post y dando arcaditas.
Ya estaría.