En ocasiones siento miedo y ganas de vomitar cuando me ofrecen agua en un vaso de nocilla.
A veces encuentro la paz en los cruasanes de praliné. Otras, sigo bebiendo cerveza. Cuando combino compulsivamente estas dos soberbias adicciones, soy capaz de aumentar y reducir mi tamaño corporal de forma alternativa como la Alicia de Lewis Carroll.
La vida es de marca blanca y huele a ambientador barato de flores grotescas, a wc de burdel de la N232. Y me gusta.
Soy diseñadora gráfica y triunfagramer en esplendorosa decadencia, también hago collages e ilustraciones y me gusta la moda, el fitness, los perros, los bares y el arte.